jueves, 23 de diciembre de 2010

La nueva Ley de Comercio del Principado de Asturias limita los bazares chinos

No estamos de acuerdo con la medida que está tomando el gobierno asturiano, pues creemos que la libertad de mercado debe primar, y no se nos debería limitar a los bazares a abrir un número de domingos al año. Quien no abra, que no quiera. Y quién quiera abrir, que abra. Debería haber libertad en este sentido, porque se está violando una de las libertades más importantes de la sociedad: la libertad de mercado.
"La regulación de la instalación de nuevas grandes superficies en Asturias -que pasa de depender de la parcela de Comercio a la de Urbanismo- y el control de los horarios y aperturas dominicales de los bazares -a través de limitar su tamaño- son dos de los principales aspectos que aborda la nueva Ley de Comercio del Principado de Asturias. La norma fue aprobada en la Junta General con la abstención del Partido Popular. Esta nueva ley modifica en parte de su articulado la anterior, que databa del año 2002, e introduce algunos aspectos relacionados con la Directiva Europea de Servicios, que promueve la liberalización del mercado interior a través de la aceleración de las tramitaciones administrativas, y resalta el hecho de no poner limitaciones a la libertad de la competencia.
Desde que se puso en marcha la tramitación de la nueva ley, hace ya casi dos años, las organizaciones empresariales -en mayor medida, las de los minoristas de toda Asturias- presentaron al Gobierno regional sus alegaciones, en especial para tratar de regular el siempre espinoso asunto de la instalación de grandes superficies. También, aunque en menor medida, para controlar los horarios de algunos establecimientos, sobre todo bazares, que abren todos los domingos aprovechando ciertos resquicios legales.
Con todo, el aspecto más relevante es el relativo a la instalación de grandes superficies. A partir de ahora, las nuevas aperturas, ampliaciones, cambios de actividad o traslados deberán contar con dos evaluaciones: de impacto ambiental y de impacto estructural, que dependerán de los responsables de la parcela de Urbanismo en el Principado. Se suprime, en suma, la segunda licencia o licencia comercial específica que dependía de la Consejería de Comercio, pero será imprescindible contar con los parabienes de Urbanismo para llevar adelante nuevos proyectos o cambios en los mismos.
El origen de este control del Principado sobre las grandes superficies, para satisfacción de los minoristas, responde al propio espíritu de la Directiva Europea de Servicios, que pretende proteger el comercio en los centros urbanos, con el propósito de evitar su progresiva despoblación, controlando al máximo la presencia de macrocentros comerciales en los anillos exteriores de las ciudades. La proliferación de estas instalaciones se considera perjudicial para la sostenibilidad futura de los cascos urbanos y, por ello, se tiende a su control a través del área de Urbanismo y de Ordenación del Territorio.
Las instalaciones actuales no están afectadas por la nueva ley, que entrará en vigor a principios de enero, salvo que pretendan ampliaciones, pero sí futuros proyectos que, a partir de ahora, lo tendrán muy complicado urbanísticamente hablando.
Carmen Moreno, gerente de la Unión de Comerciantes de Gijón, mostró ayer a EL COMERCIOsu agradecimiento al Principado por la «sensibilidad» que ha mostrado con este asunto, vieja batalla de los minoristas en defensa de los comercios en los cascos urbanos.
Expuestos a sanción
De igual forma, la nueva ley terminará con la apertura de algunos comercios todos los domingos (sólo están regulados ocho al año), sobre todo la de los bazares chinos. Hasta ahora, todos los que tienen menos de 300 metros cuadrados de zona de atención al público podían abrir los 365 días del año. A partir de ahora, se reduce esa dimensión a 150 metros cuadrados, es decir, se rebaja a la mitad. Los que sobrepasen esa superficie deberán regularse por los mismos baremos que el resto del comercio o estarán expuestos a una sanción por parte del Servicio de Inspección de la Dirección General de Comercio. Los minoristas pretenden así trabajar, al menos, en condiciones de igualdad de horarios."
Fuente: elcomerciodigital.com
http://www.elcomerciodigital.com/v/20101218/asturias/comercio-restringe-grandes-superficies-20101218.html

sábado, 18 de diciembre de 2010

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LOS CHINOS PAGAN IMPUESTOS

 
Vicente Dorta, director general de la Cámara de Comercio tinerfeña
 
 
 
Los bazares chinos sí pagan impuestos
 

El acuerdo entre España y China es de “doble imposición” y permite tributar en uno u otro país
 

ACN Press.-
Los bazares chinos sí pagan impuestos tal y como corresponde a cualquier actividad económica que se desarrolle en todo el territorio nacional. Lo afirma el director general de la Cámara de Comercio de Santa Cruz de Tenerife, Vicente Dorta, que explica que “toda empresa que se abra en Canarias tiene que pagar todos los impuestos que corresponde por esa apertura”.

Cae así una leyenda urbana que se ha extendido casi al mismo ritmo que los comercios regentados por ciudadanos orientales. Entre los mitos que han proliferado está al que hace referencia Luis Sánchez de Movellán de la Riva, miembro de la Sociedad Cántabra de Escritores, en un artículo publicado en el diario Montañés el 7 de enero de 2009 en el que afirma que los acuerdos entre España y la República Popular China permite que los ciudadanos chinos “no paguen impuestos durante siete años. Transcurrido este plazo estos mismos ciudadanos chinos pueden traspasarles sus negocios a otros ciudadanos chinos, montar otros negocios y unos y otros no pagar impuestos durante otros siete años”.

Lo cierto es que existe un acuerdo entre España y China firmado el 22 de noviembre de 1.990 en Pekín. Sin embargo, se trata de un acuerdo “para evitar la doble imposición y prevenir la evasión fiscal en materia de impuestos sobre la renta y el patrimonio”. Acuerdo publicado por el Boletín Oficial del Estado (BOE) en su número 152 con fecha 25 de junio de 1992. Un texto de seis folios en los que no aparece ninguna referencia a los siete años de exención tributaria.

En este sentido, el director general de la Cámara de Comercio recuerda que “con muchos países hay un acuerdo de doble imposición que si estás trabajando en China y en España esa imposición la pagas en España o la pagas en China” y añade, “lo que está claro es que los chinos tiene que pagar y cumplir los mismos derechos que las empresas canarias. La excepcionalidad puede venir en que si se pagan en España ya no tienen que pagarlos en China pero siempre tiene que pagar”.

La libre competencia y el mercado agresivo que ejercen estos establecimientos han despertado cierto malestar entre los comerciantes tradicionales. Sin embargo, el propio Dorta apunta a que “la globalización lleva a tener este tipo de ciudadanos que tiene un contacto muy directo con fabricantes y consiguen unos precios muy competitivos”.

La alternativa, afirma, está en “intentar ofertar un comercio cercano, la atención, el servicio y la calidad” para marcar en el consumidor la distancia entre productos económicos pero con discutible calidad y los productos tradicionales con una “atención al cliente después de la venta”.

“Quienes han viajado a China, o a Asia” continúa Dorta, “han visto que se trata de una cultura donde el trabajo lo ocupa todo y el concepto de ocio y descanso prácticamente no existe”. La fórmula parece que pasa por adaptarse a los nuevos mercados y convencer con la calidad.